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Tres Cuentos breves de autoayuda.

Los cuentos breves pueden ser mucha ayuda para gente con prisa, por ello, el internet ahora permite tener acceso a muchos de estos cuentos online y facilitar que se difunda como autoayuda para todo aquel que lo requiera.

Se dice que el Maestro aparece cuando el discípulo se encuentra preparado, de la misma manera el Maestro puede aparecer en un libro, en cuentos pequeños como los cuentos zen de los cuales hemos puesto varios en este blog.

Te recomendamos que veas la categoría reflexiones en dónde encontrarás varios temas de autoayuda y por supuesto, también descargar las programaciones de poder mental en la columna de la derecha.

Uno de estos cuentos breves se refiere a un religioso fanático que mientras estaba disfrutando de la vista del mar sentado al filo en un muelle, éste cae y comienza a pedir ayuda.

Por su religiosidad comienza a pedir ayuda a Dios diciendo: “Sálvame Dios mio, yo soy tu fiel seguidor y digo tu nombre por todos lados, sálvame”.

Un pescador al ver que el hombre cayó al mar, se acercó con su bote e intentó rescatarlo, a lo que el religioso rachazó ya que estaba implorando a Dios y era la primera vez que le pedía algo.

Entonces siguió gritando: “Sálvame Dios mío, nunca te pedí nada, yo confío en tí, salva a tu fiel servidor”.

Entonces, otro pescador con su bote se acercó al escuchar los gritos de auxilio y nuevamente el hombre rechazó ser rescatado diciendo que estaba seguro que Dios escucharía su llamado.

Entonces, el hombre religioso, cansado de mantenerse a flote se hundió y murió ahogado.

Al llegar a las puertas del cielo lo recibe San Pedro y le dice que aun no está listo para ingresar al cielo y que debe esperar. Entonces reclamó: Pero como, encima de que yo he sido un fiel seguidor de Dios toda mi vida, además le pedí que me ayude y no lo hizo, ahora no me deja pasar. ¡Exigo entrar!.

A lo que San Pedro le dijo: Mira hijo, Dios te envío dos botes y tu no los aceptaste…

No sólo se debe ser útil a Dios, sino saber que en todo está Dios. El fanatismo puede llevarnos a la muerte.

En otro de los cuentos breves estaba un caballero arrodillado pidiendo sacarse el premio de la lotería.

Todos los días iba a la iglesia, además que rezaba en un pequeño altar de su casa e imploraba hasta las lágrimas que se le concediera el milagro del premio de la lotería.

Pasaban los meses y no lo lograba, hasta comenzó a darse penitencias crueles, todo con la firme intención de sacarse el premio mayor que prometía compartir con los pobres al 50%.

Entonces, luego de mucho tiempo se escuchó una voz del cielo que le dijo: Tienes al menos que comprarla.

No solo debe pedirse, sino también hacer que las cosas sucedan. Muchas veces deseamos llegar a nuestra meta y no hacemos nada por dar el primer paso.



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