lunes

Discriminación positiva: la voz de los sin voz.

Latinoamérica después de lograr independizarse de los gobiernos monárquicos explotadores europeos, se afianzó dentro de supuestas estructuras políticas y económicas distintas, un espejismo se implementaba dentro de nuestros pueblos, tras largos años de procesos y con la incursión de prácticas e ideologías ajenas a las nuestras, observamos como no hemos podido lograr desprendernos de aquellos lineamientos que creíamos desaparecidos u olvidados. El colonialismo presente hasta en nuestros días nos muestra las practicas, comportamientos y creencias que las culturas invasoras nos dejaron como legado, la explotación, discriminación, individualismo y ahora la competitividad son elementos indiscutibles vinculados con los conceptos de homogeneidad que nos exigen los estados modernos – capitalistas.

La incursión europea en nuestras tierras fue letal, ya que nuestros sistemas políticos, económicos, culturales y religiosos fueron violentados, la exigencia por aprender otra lengua, otras costumbres fue implementada para poder de esta manera lograr una conquista bajo todos los parámetros que esta exige, la diferenciación y la discriminación se convirtieron en armas mortíferas para eliminar aquellos conceptos de colectividad, unión y comunión.

Una nueva forma de ver y sentir el mundo se nos presentó, una historia que no era la nuestra se nos inculco como la más adecuado, tratando de esta manera desaparecer nuestra memoria histórica, nuestras tierras fueron explotadas y nuestra gente también, ya ese vinculo entre hombre – naturaleza se desvanecía, en la actualidad las cosas no son diferentes seguimos siendo parte de un sistema excluyente y manipulador, lo único que ha cambiado son los nombres, para tratar de maquillar la forma grotesca como se las presentaba por ejemplo pasamos del señor feudal y el siervo de la gleba, al burgués y el proletario, las bases de dominio y poder siguen vigentes y conllevan un grado de complejidad mas extenso.

Muchos de nosotros hemos dado la espalda a nuestra historia y aceptamos sin mezquinar el papel que según este sistema nos merecemos, influenciados bajo los conceptos de superioridad de unos y la inferioridad de otros, poco ha poco vamos siendo parte de una red que liquida nuestras raíces, nuestros pueblos, nuestra cultura, comprender y aceptar que seguimos siendo dependientes de las mal llamadas estructuras progresistas – desarrollistas, se transforma en un proceso complicado por afirmarnos como seres distintos, con creencias y culturas diversas, una búsqueda por admitir que seguimos siendo colonias para de esta manera atacar y visualizar propuestas o alternativas de igualdad y tolerancia.

Como nos señala, Boaventura de Sousa Santos, los conceptos de postcolonialidad nos permitirán ver que el colonialismo no terminó con la independencia y que en la actualidad aún esta vigente este concepto y las actitudes, comportamientos, concepciones, creencias aún se enmarcan bajo esta clase de concepciones que nos han controlado y nos siguen controlando, la idea de postcolonialidad significa que si hubo una injusticia histórica hay que permitir un periodo transicional donde haya un tiempo de discriminación positiva y acción afirmativa a favor de las poblaciones oprimidas.

Pero que es lo que nos trata de decir con esto de discriminación positiva, la mayoría de nosotros ignoramos la definición de este concepto, ya que al escuchar la palabra discriminación la relacionamos con exclusión, aislamiento, separación, imposible concebirla dentro de lo positivo, pero su definición al ponerla dentro de otro contexto al habitual, enmarca un sentido distinto basado en presentar una acción diferente a la discriminación negativa o llamada simplemente discriminación, esta acción afirmativa pretende establecer políticas que dan a un determinado grupo social, étnico, minoritario o que históricamente haya sufrido exclusión a causa de injusticias sociales, un trato preferencial en el acceso o distribución de ciertos recursos o servicios así como acceso a determinados bienes, con el objeto de mejorar la calidad de vida de grupos desfavorecidos, y compensarlos por los perjuicios de la que fueron víctimas en el pasado.

Se escucha utópico poder compensar el daño que se ha hecho a nuestros pueblos originarios, al maltrato que han sufrido nuestros indígenas, a la exclusión de género, de edad o de capacidades especiales, las sociedades modernas no admiten bajo sus concepciones, igualdad o retractación alguna, la homogeneidad que nos proponen las estructuras vigentes, nos convierten en seres egoístas, lineales y ambiciosos, la complejidad con la que se presenta este concepto conlleva en si diferentes osturas, discusiones en donde la lucha por quien tiene la razón, se convierte en un laberinto sin salida. La discriminación positiva, es vista para unos como una respuesta a la igualdad, equidad, reparación de hechos devastadores del pasado; pero para otros es caer en la discriminación misma, dar espacios a unos, cerrando oportunidades a otros.

A través de la discriminación positiva, vemos que dar voz a los sin voz, se transforma en un proceso largo de lucha ideológica y práctica, los que antes fueron explotados, insultados e invisibilizados ahora tienen la oportunidad de hacer respetar sus derechos, sus culturas, sus formas de ver, sentir y actuar en el mundo, pero este proceso no es respetado, ni se lo cumple a plenitud como se lo desearía, pocos son los avances que se han dado, las manipulaciones están presentes y el sosiego aún esta vigente, es necesario políticas fuertes a través de aquellas comunidades, mujeres, ancianos, niños, negros, indios, que a lo largo de la historia han sido desplazados y silenciados, políticas en donde este presente el principio de autodeterminación y tolerancia, el rescate de nuestros valores y creencias ancestrales, el derecho de igualdad y respeto a lo diverso, a lo nuestro, a lo que somos.

Desglosar en un pequeño esbozo lo que vivíamos y seguimos viviendo, como seres controlados por las clases elitistas de siempre nos muestra una cruda realidad, en donde observamos que el colonialismo sigue dominante, cerrándonos los ojos a alternativas de desprendimiento y valor a lo nuestro, hoy la manipulación es más descarada para convertirnos en simples entes de mercado y consumo, hay romper los lineamientos planteados por el sistema, esto solamente se logrará admitiendo que seguimos siendo colonia de los que siempre han ostentado el poder, la discriminación positiva nos muestra una propuesta interesante, se hace necesario reforzarla y aceptarla como eje de compensación y de cambio.



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