lunes

“Sujeto y objeto son una sola cosa”

Nótese que en el caso del sujeto sí parece haber coexistencia en un solo ente del sujeto tomado objetivamente como ente y del objeto mental que en un momento dado es objeto de la percepción subjetiva. Por ejemplo, si un sujeto piensa en una manzana, el sujeto es ese proceso de pensamiento sobre una manzana, y por tanto, es esa “idea mental de una manzana”, es decir, es esa “manzana mental”. Desde este punto de vista, sujeto y objeto (mental) son una sola cosa, que sería como decir que la observación (en sentido figurado: el observador) y el contenido mental de dicha observación son una sola cosa. De modo que si se está dando, por ejemplo, la percepción subjetiva del objeto mental manzana, el sujeto y el objeto manzana sí son idénticos, una sola cosa.

La intuición no permite interpretar así las cosas: cualquier sujeto cree ser algo así como un yo (observador) personal, no un yo-manzana, y mucho menos una manzana-observador, por eso resulta difícil aprehender esta idea sobre la identificación entre sujeto y objeto mental. Precisamente es la propiedad de la conciencia, que impide la identificación entre mente y sustrato, lo que dificulta la identificación entre subjeto y objeto, pues al localizar intuitivamente al objeto mental “fuera”, y al ser efectivo el fenómeno consciente como ente único e individual, se establece una dicotomía entre lo externo y lo interno, idealizando lo interno en forma de “yo-observador” distinto a lo observado, algo conveniente para obrar en consecuencia hacia lo observado, pero ilusorio.

Esta idea, “sujeto y objeto son una sola cosa”, es una idea clásica en neurociencia, expuesta de este modo por Schrödinger en su libro “Mente y materia”, idea basada probablemente en las largas investigaciones previas de diversos autores acerca del sujeto y el objeto, hasta llegar a los clásicos estudios de Hegel, que posiblemente fueran los que inspiraron el oportuno corolario de Schrödinger, corolario que a su vez ha sido la fuente de inspiración de este ensayo, que empezó a gestarse hacia 1983.

Resulta difícil aprehender esta idea sobre la identificación de sujeto y objeto mental porque cualquier sujeto cree en la concreción de su yo. Pero el sujeto, en tanto que objeto concreto, en tanto que ente, es un objeto recreado en el terreno de la abstracción, no es concreto en esencia (como pueda serlo, tal vez, un fermión). Es decir, no hay un sujeto de manera concreta a todos los efectos, sino un proceso de percepción subjetiva que aparenta ser un yo concreto a simple vista a ciertos efectos con un error despreciable en la práctica, pero no a todos los efectos, como un fermión, que es irreducible desde cualquier punto de vista... que se sepa.


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