sábado

LA CULTURA DEL ESPECTACULO

Para empezar, “¿Nos informamos hoy día los ciudadanos?” Y en ese caso, “de qué manera?” Al no tener a mano alguna estadística hecha al respecto, vamos a observar lo que una persona cualquiera , como yo por ejemplo, hace desde que se levanta.


Pues bien por la mañana temprano, al salir de casa, el quiosquero (que me conoce desde niña) me entrega dos diarios de esos gratuitos que se reparten ahora (no haré publicidad de ellos la verdad, pero son muy diferentes) a la vez que me exhalta la noticia de portada de cada uno de ellos. Me los leo en el metro mientras me doy cuenta de que la mayoría del vagón tiene en sus manos diarios como los míos en contraste con la minoría que lee El Periódico o La Vanguardia )hecho que nos da que pensar qué sucedería si no hubiera estos gratis).
En la Universidad, siempre hay algo que destacar entre compañeros, algo que ha sobresaltado. Y desde luego, en clase, algún profesor siempre comenta con nosotros alguna noticia destacada de los últimos días.
Al mediodía, dilema, porque “con qué telediario comemos?” y es que cada cual menos objetivos es. Pero sinceramente, vemos TV3, que al menos te enteras de las tramas cercanas a dodne vivimos, como de Millet y Compañía, porque si tengo que esperar estar, ya no digo mejor sino un poco informada con las cadenas nacionales, nos pueden dar las uvas.
Después le toca el turno a Internet, donde suelo ojear por encima los titulares que me ofrece una página de Noticias (tanto nacionales como internacionales) que tengo por defecto en el navegador.
En el trabajo, lo mismo que en la Universidad pero en este caso con la jefa (con la que hay muy buena relación por cierto) y siempre entremezclamos en nuestras conversaciones noticias que nos han sobresaltado, hechos, sucesos, etc. Y ya está, porque por la ncohe los telediarios son una copia bastante mala de la del mediodía, a no ser que alguna vez los miremos pero de otro canal, y te diviertes porque parece como si de otras noticias se tratara. A todo esto, sumarle el hecho de que si voy en coche con mi padre, muchas veces escuchamos las noticias o algún programa de actualidad.

Así pues no se puede generalizar (ni mucho menos solo con un caso), pero creo que ante la prensa escrita y la televisión, mayoría en las personas, viene a pasos gigantescos Internet.



Ahora bien, según la enciclopedia Larousse el fin primordial de los medios de comunicación debería ser “facilitar la información a los ciudadanos,” es decir trasmitir noticias e informar sobre lo que acontece en el mundo.




En mi opinión, considero que el telediario es un producto de la industria cultural donde, más que informar, se transforman los hechos en espectáculo para ampliar la audiencia y vender la noticia. Siguiendo esta idea, tenemos la teoría crítica elaborada por Theodor Adorno y Max Horkheimer (en la industria cultural todo se convierte en negocio) y el concepto de sociedad del espectáculo propuesto por Guy Debord (donde el espectáculo es la imagen invertida de la sociedad en la cual las relaciones entre mercancías han suplantado relaciones entre la gente).



Creo que uno de los grandes desafíos de la comunicación en la sociedad actual, en la que los grupos financieros controlan cada día más los medios de comunicación, consiste en preservar la auténtica vocación del periodismo, que debería tener una función mediadora de espacio público. La garantía del derecho a la información y a la libertad de expresión es parte esencial del periodismo, que debería hacer una comunicación orientada a la información, a la formación y a la educación de las personas.



También el periodismo de calidad tiene que ver con el concepto de objetividad como requisito de la verdad informativa. La objetividad contribuye a que la información sea inseparable de su verdad, de la exactitud y de la realidad que transmite o comunica, teóricamente, claro , pero de eso hablaremos próximanete en el Blog.



El periodismo sensacionalista extrae del hecho, de la noticia, su carga emotiva y provocadora y la exalta. Construye casi una nueva noticia que se vende por sí misma. En ese género de periodismo, lo más importante es el eslogan publicitario, que induce a ver o comprar por solicitación, por sensación, por impacto, por curiosidad.



Lamentablemente el telenoticias se ha convertido en un programa como Gente, Madrid directo, Impacto TV, etc... dependiendo del canal que estés. Se trata, además, de un medio que goza de gran aceptación y credibilidad entre los telespectadores para informarse: prácticamente siete de cada diez ciudadanos ve habitualmente los informativos, y de éstos, el 72% afirman que les merecen mucha o bastante confianza las noticias que ofrecen las distintas cadenas de televisión, según últimos datos del CIS. Por lo tanto, son muchos los ciudadanos que basan su conocimiento de la actualidad (y que probablemente conforman su opinión sobre la misma) en los noticiarios de televisión.

Por otro lado, según Wikipedia, las noticias se emiten en bloques temáticos. De esta forma se asegura el equilibrio en el interés, ya que cada bloque comienza con la noticia más importante del día en ese ámbito. La realidad es que el deporte y la política ocupan un 45% del tiempo de los informativos, y las noticias de tinte económico más de un 8%, mientras que se concede escasa atención a la cultura (11% del tiempo) y sólo testimonial a la sanidad y salud (3,1%), medio ambiente (2,3%), ciencia (2,1%) y consumo (1,8%).

Los telediarios (nacionales, autonómicas y desconexiones regionales) se muestran más pendientes de las guerras de "shares" de audiencia que de informar al ciudadano sobre temas relacionados directamente con su vida cotidiana.

Además, el interior de los telediarios se ha convertido definitivamente en un soporte publicitario ya que la mayoría de las televisiones los interrumpe para dar paso a anuncios o para ceder espacio a patrocinadores (en TVE-1, por ejemplo, la "del estado" la publicidad ocupa un 18% del telediario). A efectos de comparación, se ha considerado la información meteorológica como parte del telediario, aunque en algunos de ellos constituya un programa específico.

Dicho esto, los formatos informativos de actualidad en la televisión, ¿reproducen la realidad social en todas sus manifestaciones y distorsiones o la construyen según sus prácticas de selección y tratamiento? Esta pregunta es demasiado compleja y exhaustiva para ser contestada hoy, así que la continuaremos los próximos días.
Lo que está claro es que no solo escogen las noticias que debemos y no debemos ver. Además nos las comentan e interpretan para saber qué posición debemos tomar ante los diferentes temas. Y no solo eso, sino que la gente hasta se lo cree.



Porque el periodismo trata de ser objetivo en teoría, pero solo en teoría, porque realmente es rentable. Así pues, si por modernas técnicas de marketing, se decide que el target (público al que va dirigido) del producto son los individuos de determinada ideología, pues se da un baño de esa ideología a las noticias y listo.



Publicistas y políticos tratan de colocar bajo la mirada de los consumidores productos e ideas, objetos y programas. Y lo consiguen además mediante los presentadores, que cumplen la función de los «amigos que llegan a introducirse en el hogar »; quienes han adquirido una influencia desmesurada y su comentario puede condicionar la pinión pública.



Acabando ya, decir que no creo que sea nada nuevo que los medios estén guiados por manos ideólogicas bien visibles. Es más, opino que en la actualidad, somos más capaces de verlo con claridad, dada la "menor opacidad" de las entretelas de los medios.




Vamos a finalizar hoy con dos citas, no con el fin de menospreciar la televisión, medio educativo importante si se sabe utilizar, sino interesantes a mi parecer para reflexionar. Ahí van:

“Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro.” Julius Marx

“La televisión es maravillosa. No sólo nos produce dolor de cabeza sino que además, en su publicidad, encontramos las pastillas que nos aliviarán.”


http://cristinapmc.blogspot.com/2009/11/la-cultura-del-espectaculo.html

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