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El arte de narrar y el aprendizaje

Los seres humanos somos aficionados a contar y escuchar relatos. La capacidad de narrar forma parte de nuestro bagaje intelectual y escuchar historias es una de nuestras herramientas de aprendizaje más potentes. Las historias que escuchamos nos trasladan a otros lugares y momentos, o nos introducen en la piel de su protagonista, a través de quien podemos vivir todo tipo de situaciones y aprender de ellas.

Contar historias está al alcance de cualquiera, aunque contarlas bien requiere un el aprendizaje de ciertas habilidades. Narrar es un arte, pero también tiene una técnica.

Tradicionalmente hemos contado las historias oralmente o por escrito. Hoy, sin embargo, contamos con la capacidad de utilizar y combinar una multitud de lenguajes y recursos gracias a la tecnología digital.

Esto ha llevado a introducir el término de Digital Storytelling, es decir, la narración digital de historias. Sin embargo, la expresión no se refiere sólo a la técnica narrativa digital, sino también a un enfoque diferente: las historias contadas desde un punto de vista personal y con fuerte impacto emocional, combinando los diferentes recursos y lenguajes para lograr ese efecto.

Con frecuencia estas historias tienen forma de vídeo, o más bien, de collage de vídeo, en el que se mezclan imágenes, sonidos, textos, locuciones, animaciones o efectos de sonido e imagen, componiendo un relato breve pero con fuerte impacto. Pueden empezar siendo presentaciones, podcasts, vídeos digitales, montajes fotográficos.

La narración digital va más allá de lo que consideramos habitualmente como relato. Es también una forma de exponer datos y hechos, de modo que la información adquiera un significado y provoque una respuesta emocional en el espectador, que conduzca a su implicación.

Tener algo que contar
Lo primero es tener un tema, algo que contar. Encontrar o conseguir temas para historias puede ser de lo más fácil o de lo más difícil. Depende mucho de tener una actitud receptiva y abierta. Las fuentes son muchísimas: prensa, lectura de blogs, cosas que nos pasan, temas que estamos estudiando...

O puedes usar alguna técnica generadora de ideas

Estar suscrito a servicios de titulares de blogs, periódicos digitales, etc., es una buena manera de tener siempre un repositorio de historias a partir de las que trabajar.

Pero ya que estamos en la escuela, el tema puede ser el próximo del que tengas que hablar, o tal vez proponer a tus alumnos y alumnas un trabajo que han de convertir en una historia.

Decidir el objetivo
Una vez determinado el tema hay que definir el objetivo de la historia, o sea: ¿qué quiero conseguir contando mi historia?

Puede tratarse de:

convencer
opinar
informar
narrar
divertir
emocionar
Definir mi objetivo, me ayudará a seleccionar los recursos, las fuentes, los medios, y a decidir cómo lo voy a expresar.

Documentarse
Ahora hay que empezar a localizar y coleccionar recursos: imágenes fijas y vídeos, audio (ya sea música, locuciones, efectos sonoros), gráficos, mapas..., cualquier elemento que pueda proporcionar significado a la historia que voy a contar.

Necesitaremos: navegador para buscar en Internet, cámaras de fotos o vídeos para recoger nuestras propias imágenes del "mundo real" o de libros y revistas (con las cámaras ya casi no merece la pena usar escáneres en muchos casos).

Organizar
Clasificar, seleccionar, etiquetar los recursos que voy recopilando. Combinarlos de diferentes formas para ver qué efectos producen. Lo ideal es que esta organización me sirva para el futuro, es decir, los recursos que estoy coleccionando puedo reutilizarlos en un futuro.

En algunos casos nos pueden servir los servicios web para gestionar medios digitales (Picasa, Flickr, Photobucket, Youtube, del.icio.us, etc.), o bien sus equivalentes de escritorio (iPhoto, iMovie, etc.) o incluso podríamos usar algún gestor de bases de datos sencillo, como puede ser Bento.

Pensar
Decidir el soporte o formato que le voy a dar a la historia: una presentación, una película, un montaje de fotos, un cómic, un podcast, una entrada en un blog... En cualquiera de los casos necesitaré un guión que dirija el trabajo.

Comenzar a escribir un guión que oriente el trabajo: cómo introduzco la historia, como la llevo a un clímax, cómo se resuelve. La estructura narrativa clásica puede ser un buen punto de partida, pero hay otros:

Las 6 preguntas del periodismo : nos permiten asegurarnos de que cubrimos los aspectos más importantes en una crónica.
Dividir el tema en 10 ó 12 puntos básicos que deberíamos tratar en la historia.
Un mapa conceptual o un diagrama de flujo nos puede dar también un esqueleto a partir del cual montar la narración.
Para dirigir el trabajo del alumnado, podemos darles plantillas o esquemas básicos que les permitan centrarse en el trabajo y desarrollarlo a partir de un esqueleto que les proporcionemos.

Reexaminar el material
Buscar nuevos recursos, estudiar cómo otros han contado la misma historia o parecida. Buscar un estilo narrativo que convenga, recursos expresivos adecuados al soporte.

Escribir
La narración, el relato básico de la historia, que voy a completar con los recursos que he recopilado.

Grabar
Grabar las locuciones. Obtener otros recursos necesarios en vídeo, etc.

Montar
Incorporar al proyecto todos los elementos que necesito.

Publicar

Ya está. Generar el archivo final y buscar el soporte y medio adecuado para su publicación.


http://www.proyectogrimm.net/index.php?cmd=cont_articulo&id=566

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