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YO HAGO TODOS LOS CURSOS...

Hoy en día, entre las personas que están en desempleo (aunque no estén buscando trabajo) está surgiendo la profesión de “Cursista profesional”. Se dedican en cuerpo y alma a realizar cursos de todo tipo, sin importarles demasiado la orientación laboral a seguir.

No cabe duda que es importante formarse. De hecho, está comprobado que a mayor nivel de formación, mayores posibilidades de encontrar trabajo y puestos con unas condiciones laborales más adecuadas. Pero claro, otra cosa es hacer formación por dedicar a algo vuestro tiempo libre.

Así que antes de solicitar la preinscripción de los cursos a los que os queréis apuntar, os deberíais contestar ¿Por qué queréis formaros en esas áreas? ¿Con qué finalidad? ¿Qué salidas profesionales reales os aportan esos conocimientos? Y ¿Realmente el mercado laboral exige esos conocimientos para vuestra profesión?

Las formaciones tienen que tener una finalidad y unos objetivos personales concretos y no difusos como “Ayudarnos a encontrar trabajo”. Un objetivo específico sería “formarme en Excel porque es una herramienta que se precisa en todos los puestos de gestión administrativa a los que intentáis optar”. Así, adquieres un nivel adecuado para salvar ese escollo a la hora de poder conseguir los puestos de trabajo que queréis desempeñar.

Hace poco me encontré con una conocida que me comento que llevaba más de un año en paro y que, durante ese tiempo, había realizado cursos de maquilladora, de azafata de congresos, de inglés, de marketing, de técnicas de ventas y de muchas otras cosas de lo más dispares. Y ante esta diversidad de cursos, le pregunte ¿Quieres dedicarte al maquillaje? Y ella me respondió rápidamente no. Lógicamente mi siguiente pregunta fue ¿Por qué te formas en eso pues? Y ella argumentó “¿sabes lo bien que me maquillo ahora? Y así, estoy entretenida mientras me sale un trabajo de lo mío”. Por supuesto a esta persona te dan ganas de preguntarle ¿Y que es lo tuyo? Porque esta persona no tiene un perfil profesional definido y hacer eso no le conviene nada. No hay nada de malo en hacer un curso que sea más un hobby que trabajo, pero, ante todo, debemos buscar que aquello que hagamos, tenga una rentabilidad laboral. Mi consejo es que estas personas que se encuentran a la deriva, deberían preguntarse qué quieren hacer profesionalmente hablando y centrase en aprender las materias precisas para esa profesión. Por supuesto, este ejemplo es muy extensible a otros casos.

A la hora de seleccionar, muchas veces vemos perfiles profesionales que aparentemente saben de un montón de cosas atestiguado por un montón de cursos sobre diversas disciplinas y los que seleccionamos decimos sin conocerlo “este candidato promete” aunque luego, a la hora de la verdad, las expectativas se convierten en decepciones por falta de honestidad. El hacer un curso de 30, 60, 90 o de las horas que sea, no significa ser un experto en una materia si luego esos conocimientos adquiridos no han sido pulidos y puestos en práctica. De nada sirve que uno reciba un curso de técnicas de marketing de 150 horas si al finalizar el curso se archivan los apuntes y los ejercicios, recogiendo polvo en el trastero, hasta que un día, haciendo limpia exhaustiva, los tiréis sin saber bien ni lo que era. Si realmente os interesa el marketing, debéis seguir formándoos pero, sobretodo, practicar lo que os han enseñado. Igualmente podéis investigar en Internet sobre esa materia para estar al tanto de las últimas tendencias y seguir aprendiendo. Muchas veces, estáis equivocados pensando que para aprender una cosa hay que hacer un cursillo y no es así. Hoy en día, la red ofrece formas de aprendizaje de forma autodidacta. Pero, ante todo, hay que tener un porqué consistente de formaros en eso y si tenéis esto encontrareis sin dudarlo la forma de hacerlo.

Y vosotros, ¿Por qué razón os formáis?

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Esto es un efecto más de la "titulitis" imperante. Se confunde la cantidad con la calidad, como si luego se compararan los CV "al peso" en lo que a formación se refiere.
No estoy seguro de si es ignorancia o sólo un automatismo, algo que la gente hace sin pararse a pensar. Tal vez sea una forma de estar ocupado o de que la espera de encontrar trabajo se haga más llevadera...
En cualquier casos, como bien dices, la formación es importante pero debe ceñirse, en términos de CV, al perfil. Un CV repleto de formación dispar y no relevante para el perfil genera desconfianza y transmite una imagen de falta de claridad de ideas y objetivos.

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Hola Juan, de acuerdo contigo y con José MIguel Bolívar. He visto CV que yo denomino incoherentes, ya que, por ejemplo, la formación principal es de administrativo comercial y luego tiene cursos de quiromasaje o flores de bach. Creo que en estos casos hay que hacer dos cosas: primero definir el perfil profesional y formarse en aquellas acciones que realmente nos están aportando algo "nuevo" al cv; en segundo lugar, si tenemos hobbies o aficiones y deseamos formarnos en ellas, no hay por qué ponerlas en el CV, puede dar la imagen de dispersión y de objetivos poco claros. En cualquier caso, mejor calidad que cantidad, y coherencia con el perfil.

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Yo también estoy de acuerdo. Este efecto también ocurre en la formación continua, sobre todo en las empresas que se basan en una oferta tipo catálogo en la que se admite a cualquier empleado que desee apuntarse. En este caso yo creo que la gente sí tiene claro su objetivo profesional: estar en el puesto de trabajo la menor cantidad de tiempo posible.

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Gracias por pasaros y participar.

Veo que coincidimos en el punto de vista.

Importa la calidad y no la cantidad de la formación. Y se debe diferenciar la que hacemos para nuestra trayectoria profesional y por hobby. Los objetivos profesionales deben estar claros en dirección a un perfil específico.

A pesar del sentido común que tiene esto que plateamos es un error que repiten más personas de las que nos gustaría.

Saludos y buen fin de semana.

Juan


http://blogderrhh.blogspot.com/2009/10/yo-hago-todos-los-cursos.html

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