domingo

George Clooney regresa a las comedias

Toronto , Canadá

Con todos los requisitos de una superestrella, George Clooney, regala sonrisas y admiración, apenas llega al Hotel Sutton de Toronto. Como actor, director y productor de cine, cuenta con tanto carisma como éxitos. Y en un festival internacional de cine como el de Canadá, que generalmente anticipa las nominaciones al Oscar, él presentó nada menos que tres nuevas películas: Sin aparecer en cámaras, es el productor de Matt Damon y “The Informant”, además de protagonizar la novela “Up in the Air” que recién estrena a fin de año y la comedia “The Men Who Stare at Goats” sobre un ejército norteamericano entrenado con poderes psíquicos, sobre una historia asombrosamente basada en hechos reales. Tan reales, como la mano vendada que Clooney también trae ahora, a nuestra entrevista.

¿Qué le pasó en la mano?

Muchos piensan que fue por una pelea con Ewan (McGregor), que me lastimé la mano pegándole en la cara. Pero no, la mano está bien, fue con el auto, me cerré la puerta en la mano. Pero ya está mucho mejor. Probablemente me quedan dos semanas con el vendaje. Supongo que en mi mente sabía lo que me iba a pasar... Me da vergüenza.

¿Y el auto cómo quedó?

El auto quedó todavía mejor, gracias por preguntar (Ríe).

Ni me imagino lo que deben haber pagado por la foto si algún paparazzi lo fotografió en ese preciso momento ¿Hay momentos en su vida que le gustaría ser invisible? ¿Si lo pudiera lograr a qué lugares le gustaría ir, sin que la gente lo reconozca?

(Se toma tiempo para responder). No lo sé. ¿Invisible? Trato de pensar un buen lugar donde sea genial ser invisible. A lo mejor ahora mismo, no lo sé. ¿La Casa Blanca tal vez? No sé, no es tan divertido como era antes, cuando mantenían todo en secreto. Déjame pensar ¿Dónde sería divertido ser invisible? No se me ocurre.

¿No deja de ir a ciertos lugares por ser tan visible?

Sí, pero al mismo tiempo... ¿Cómo van a servirme en un restaurante si soy invisible? (Ríe) ¿Te pueden escuchar y ser invisible también?. Ahí daría más miedo, no lo sé... realmente no lo sé.

¿Siendo una de las personas más famosas del mundo, hubo algún momento en particular de su vida, donde se dio cuenta que era famoso?

Fue muy pero muy temprano. Cuando era muy jovencito, mis padres me habían dicho que era famoso y les creí (Sonríe). Mira: todo pasa por la suerte, ya lo sabes. Todo lo que hacemos es pura suerte y mi verdad es que terminé haciendo un programa de televisión que promediaba 40 millones de televidentes por semana. Y si te fijas, hoy se sorprenden cuando 17 millones de personas ven “American Idol”. Nosotros (en ER) tuvimos episodios con 45 o 50 millones televidentes. Es demasiado. Y eso te convierte en famoso, sin importar lo que hagas. Por eso, fue bastante rápido, con ese programa, todos nos volvimos famosos inmediatamente.

Es gracioso porque la semana anterior, literalmente, antes que saliera al aire el programa, estábamos todos vestidos como médicos, en el restaurante Somkehouse, frente a Warner Bros y el bebé de Tony Edwards empezó a atragantarse con una papita frita, estábamos todos los actores pidiendo que alguien hiciera algo, nadie nos conocía todavía. Y como estábamos con el vestuario de la serie de un hospital, la gente no hacía nada, diciendo “Ustedes son doctores, hagan algo”. Recién una semana después se dieron cuenta quiénes éramos. Todo pasó de la noche a la mañana, después de haber pasado 12 años haciendo programas de televisión muy malos. Así que, probablemente la semana después del debut de E.R, me di cuenta que ya era famoso.

¿Se considera un verdadero ejemplo tanto fuera como dentro de una pantalla?

Ésa es una muy mala idea.

¿Y así como lo admiran tanto, hay alguien en particular que admira usted?

Hay mucha gente en mi vida que admiro, por diferentes razones. Admiro gente que usa bien la fama, como Bono (del grupo U2) y hombres como él que han sido magníficos en todo lo que han hecho. Admiro también el talento de los actores que caminaron delante mío, aquéllos a quienes les robó todo el tiempo. Siempre nos quedamos cortos con las expectativas. Y admiro a mi padre que siempre me explicaba como todo esto (la fama, tanto éxito) va a desaparecer muy rápido. Y así será. Ves un documental en televisión con gente como Charlie Chaplin donde dicen “Eras dueño de todos los estudios hasta que le tocó una tragedia”. Nada dura eternamente y es bueno tener gente al lado que te lo recuerde.

¿Y quién fue la persona que más influenció en su carrera?

Mi padre, probablemente. Al final del día, tiene que ser mi padre. El presentaba un programa de noticias y ha sido la influencia más grande que he tenido en la vida, en todo sentido.

Detrás de las blancas canas que para nada esconde, George “Gorgeous” Clooney ni siquiera cumplió los 50 años, todavía. Tal cual como figura en su pasaporte, nació en la ciudad de Lexington, en Kentucky, el 6 de mayo de 1961, familiarizado con la fama del padre que tanto admira, Nick Clooney y también su tía, la cantante Rosemary Clooney que a su vez estaba casada con el actor latino José Ferrer (ganador del Oscar por “Cyrano de Bergerac” en 1950). Acostumbrado a pasearse entre las cámaras de TV, George también probó suerte en un noticiero de TV, pero renunció al poco tiempo, para no seguir los mismos pasos del padre.

La actuación se cruzó en el camino, gracias al hijo de José Ferrer, Miguel, que le consiguió el primer trabajo en una película y lo convenció para que tomara clases en The Beverly Hills Playhouse. Cuando se mudó a Los Ángeles, en 1982, en verdad tuvo tanta mala suerte, que el primer año durmió en el placard de un amigo, porque no conseguía trabajo.

Así siguieron los doce años de fracasos en TV que hoy recuerda, hasta ganar el éxito con la serie E.R. que produjo nada menos que Steven Spielberg por una idea del autor de Jurassic Park, Michael Crichton. Con cinco temporadas entre los primeros puestos del rating, Clooney se dio el lujo de trastabillar en películas que no tuvieron la misma popularidad como ‘From Dusk Till Dawn’ (donde impuso el despeinado corte de cabello que hoy todavía sigue de moda) o el peor fracaso de ‘Batman & Robin’ (que nunca recuperó los 125 millones de dólares que costó la superproducción con Uma Thurman y Arnold Schwarzenegger como bativillanos).

Ni siquiera había tenido suerte, después de tomar cinco pruebas de casting diferentes para el personaje de la película ‘Thelma & Louise’ que le dio fama a Brad Pitt. Recién con la acción en ‘The Perfect Storm’ empezaron los éxitos, a medida que George Clooney se daba el lujo de insistir con el cine independiente de ‘O Brother, Where Art Thou?’ de los hermanos Joel y Ethan Cohen (no, no, no, George no es el que realmente canta en la película).

Mientras tanto, generaba rumores sobre un supuesto romance con Nicole Kidman que nunca sucedió, aunque sí estuvo de novio con Renée Zellwegger. Entre diciembre de 1989 y febrero de 1993, también estuvo casado con Talía Balsam, pero después de aquel divorcio prometió no casarse nunca más. Michelle Pfeiffer llegó a desafiarlo, apostando 10,000 dólares que él igual iba a ser padre, antes de cumplir 40 años. Pero cuando ganó la apuesta, un caballero como George Clooney devolvió el cheque doblando la apuesta, prometiendo que tampoco iba a tener hijos cuando cumpliera los 50 años. Y con 48 años cumplidos, él sigue sin casarse, aunque está de novio con la actriz italiana Elisabetta Canalis.

¿Sigue con la idea de mantenerse soltero toda la vida?

No quería decirlo antes, porque me parece un lugar muy extraño para anunciarlo pero pienso casarme esta misma noche, en algún momento (Ríe, demostrando que es otra de sus bromas). No lo sé, no puedo responder esa pregunta realmente. Y para decirte la verdad, la palabra “soltero” no es para mí porque yo estuve casado una vez. Así que soy divorciado. Y es lo que cambia las cosas un poco. No sé qué va a pasar conmigo, pero gracias por preguntar.

¿Cómo fue que se decidió por películas como “Up in the air” y ”The men who stares at goats”?

Bueno, con “The men who stares at goats”, conozco al director Grant (Hesloy), desde 1982 y él tenía fotos que me comprometían. No podía negarme, no me dejó otra opción (Ríe). Pero no, no, lo importante siempre es encontrar un buen guión para llevar al cine. Y los dos guiones me parecieron muy graciosos.

Ya había hecho antes otra sátiras en cine...

Sí, hice un par de sátiras en cine y “Batman y Robin” fue la primera, obviamente (Risas). El solo hecho de usar un traje de goma con pezones fue una batalla. Y sé que es algo que yo elegí, se nota. Pero es cierto que hice otras sátiras de guerra, como “Three kings”. Me parece un mundo bastante divertido para trabajar y si se consigue la oportunidad de hacerlo con gente inteligente, es genial lograrlo. Claro que el grupo de gente inteligente no fue exactamente con el que trabajé en la película “Batman & Robin” (Más risas).

Gracias a los hermanos Cohen lo habíamos visto “como si...” cantara en “Oh brother, where art thou” y ahora se atrevió a bailar en “The men who stare at goats”. ¿Fuera del guión, con las cámaras apagadas se considera un buen bailarín?

Jeff (Bridges) baila muy bien. Ewan (McGregor) también baila bien. El director Grant Heslov no es tan bueno. Los guionistas menos. Y yo... no me considero un buen bailarín. Ellos saben bailar rock, yo soy mucho mejor con el breakdancing (Vuelve a reír).

Justo ahora empieza la temporada donde se estrenan las películas que en general terminan siendo nominadas para el Oscar ¿No está compitiendo con usted mismo al estrenar dos películas al mismo tiempo?

¡He competido conmigo por años! ... “Goats” se estrena el 6 de noviembre y la otra no sale hasta principios de diciembre. Supongo que hay suficiente tiempo entre las dos. Puede ser que lo hagan por la idea del Oscar, pero muchas veces lo hacemos porque es la época en que se estrenan películas con temas adultos. No es fácil estrenar una película así en medio del verano. Ni siquiera en febrero. Y por eso ahora es el momento correcto para estrenarlas.

¿Y qué opina sobre el Festival de Cine de Toronto, donde justamente ya estrenó ambas películas?

Es genial, como festival es grandioso. Se lo considera “nacional” para nuestros estrenos americanos, por tantas películas que salen en esta temporada. Y ha crecido mucho, tiene fuerza, además de estar lleno de gente que le gusta el cine. No siempre pasa así. He estado en festivales de cine donde les importa más el festival que el cine. Y éste es el lugar donde no sucede algo así. También me gustan los festivales donde no dan premios, porque me parece injusto competir tan temprano. Hay que darle oportunidad a la gente para dejar que sus películas respiren, para que el público las vea. Y es algo que aprecio. Éste es un festival para cineastas y me parece genial, igual que la ciudad, también.

Otra de las películas que también estrenó en el Festival de Toronto es “The informant”, con Matt Damon ¿Qué nos cuenta de su gran amigo? ¿Matt Damon realmente le debe el éxito desde que lo eligió para las series de Ocean?

(Recostándose en la silla, poniéndose más cómodo, para otra de sus clásicas bromas) Te cuento: Matt es muy competitivo con Brad (Pitt) y conmigo. Y con Brad, fuimos elegidos dos veces como los hombres más sensuales, pero Matt sólo ganó una vez. Y después de haberlo visto hace poco, creo que tiene que trabajar mucho si quiere llegar bien arriba (Ríe). Pero yo voy a trabajar con él, porque le toca una muy dura campaña este año. Ya bastante enojado estaba con Hugh Jackman cuando le ganó la última vez. Yo lo voy a entrenar, vamos a trabajar juntos.

¿Entre tantas bromas le gusta burlarse de usted mismo? Lo digo porque tampoco es la primera vez que interpreta alguien que no es tan inteligente como se cree, por decirlo de alguna forma.

¿Te refieres al síndrome de idiota que hice en cine? Me acuerdo la primera escena que filmamos con los Hermanos Cohen en “Oh brother where art thou”. Yo lo interpretaba demasiado tonto, hasta que me dijeron “en realidad tu personaje es el más inteligente del lugar”.
La dirección era muy buena, tenía sentido. Y siempre pensé que esos roles son muy divertidos para mí, me hacen reír, igual que el de ‘Man Who Stare at Goats’, él también es un señor que piensa que lo sabe todo.

¿Y usted?

(Ríe) Es una pregunta demasiado personal.

¿Sigue disfrutando de las bromas pesadas? ¿Hubo alguna en particular en los rodajes de “Up in the air” o “Men who stare at goats”?

¿Si disfruto de las bromas pesadas? Sólo voy a decirte que no enciendas tu auto, sólo eso voy a decir... Pero no, esta vez no hubo nada grande, apenas si le pusimos un celofán en el inodoro a Jeff Bridges, pero era solo un experimento científico que yo estaba haciendo. Y odio decirlo, pero ni siquiera era celofán (No para de reír).

Aunque es difícil de creer, fuera de broma, la película “The men who stare at goats” se basa en hechos reales reportados por un periodista, sobre una rama ultrasecreta del ejército, con una legión de “Monjes guerreros jedi” con poderes psíquicos que supuestamente pueden leer la mente del enemigo, pasar puertas sólidas o incluso, matar una cabra, con sólo mirarla fijo.

Y en la historia, George Clooney, es nada menos que uno de los más poderosos soldados, que trata de encontrar en medio de la guerra con Irak, al perdido fundador (Jeff Bridges) en la compañía de un desconocido periodista (Ewan McGregor) que sólo quiere impresionar a la esposa que lo dejó por otro periodista.



http://www.laprensahn.com/Vivir/Ediciones/2009/10/25/Noticias/George-Clooney-regresa-a-las-comedias

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