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EL PENSAMIENTO CREATIVO

A manera de introducción

De la estructura dinámica de nuestra conciencia brota la creatividad como la exigencia o potencialidad que se actualiza en el pensamiento y/o el actuar creativos. Pensamiento y acción, que llevan al hombre a transformar la naturaleza imprimiéndole forma y proporción humanas.


Es del pensamiento creativo y de la acción creativa que ha ido surgiendo y desarrollándose aquello que llamamos cultura en su sentido más amplio: como la totalidad de objetos, estructuras, signos y relaciones que representan la huella de la existencia humana en la tierra.






La creatividad como la criticidad exige una serie de habilidades que deben ser desarrolladas

1. Características del pensamiento creativo






El atender. La creatividad se ubica en el segundo nivel de operaciones, es decir, en el nivel de la inteligencia (entender), cuyas operaciones básicas son: inquirir, imaginar, comprender, concebir y formular.

Este segundo nivel tiene que ver con dos patrones de experiencia: el estético y el del sentido común. Lo anterior reafirma lo dicho al inicio, en el sentido de que el pensar y el ser creativos son los que van creando la cultura y transformando el mundo dándole forma humana.

El patrón estético, que es el relativo a la experiencia y creación de la belleza, a la búsqueda y la concepción de la obra de arte es el que más común y claramente se asocia con el tema de la creatividad. La creatividad tiene que ver, sin embargo, con el patrón del sentido común en sus dos acepciones: la del hombre como conocedor el hombre en búsqueda de saber más y mejor y preguntando por aquello que le es novedoso o extraño; y el hombre como hacedor; es decir, el hombre construyendo el mundo material e imprimiendo forma humana a lo que le rodea. En este sentido vemos que existe creatividad en la técnica, en la industria, en los conocimientos y objetos que el científico propone como novedosos o innovadores, sin entrar aún en el patrón científico, en el terreno de la verificación o falsificación de estas propuestas.

Un buen pensamiento o acción creativos, comienzan en la paciente y educada atención, es decir, implican una manera distinta de percibir la realidad (verla, oirla, tocarla, olerla, gustarla) tratando de descomponerla, este es el primer paso.





La búsqueda (heuurístico)[1] que comienza por el inquirir (el preguntarle a los datos), el operar plenamente la imaginación (ir buscando imágenes), tratando de comprender para luego llegar a un chispazo (insight) que nos lleve a concebir (dar a luz) y formular o expresar un producto propio, novedoso y valioso, esto es el producto creativo. Reestructuración en términos nuevos.

De Bono[2] habla de pensamiento lateral y afirma que un sujeto puede ser creativo, en cuanto aporta cosas nuevas y valiosas, pero la anterior no implica necesariamente que esta persona sea flexible. Un pensador lateral es aquel que está dispuesto a cambiar de percepción y continuar cambiando, es decir, tiene la capacidad de mirar las cosas de diferentes maneras.

El pensamiento lateral, también llamado pensamiento divergente, es utilizado por muchos autores como sinónimo de pensamiento creativo, en contraposición al pensamiento convergente, lógico o vertical, más relacionado con la criticidad. El pensamiento divergente no está sujeto a un encadenamiento de ideas; por el contrario, este pensamiento implica riesgo y aventura, busca soluciones o metas diversas en cada individuo, soluciones propias y originales.

Algunas características de este tipo de pensamientos son:
- Fluidez, como la cantidad de ideas que puede hallar alguien respecto a un tema determinado.
- Flexibilidad, como la variedad y heterogeneidad de las ideas que se producen.
- Viabilidad, que es la capacidad de producir soluciones realizables en la práctica.





EJEMPLO





El pensamiento creativo es “el niño” que se aventura a caminar hacia lo desconocido, es el pensamiento libre que se guía solamente por su ansia de encontrar una o muchas respuestas a los interrogantes que van naciendo de su continuo, paciente y educado mirar al mundo, desnudarlo, decodificarlo, tratar de apropiárselo para hacerlo significativo y comunicable al otro.










2. Rasgos a desarrollar para hacer que la persona sea más creativa





En tres grandes áreas del ser humano es necesario desarrollar algunos rasgos para favorecer una personalidad creativa, estas son: el área cognoscitiva, el área afectiva y el área volitiva.
En el área cognoscitiva hay que desarrollar “fineza de percepción” lo que ya mencionamos como atención educada y paciente para ir captando lo significativo; “la imaginación” como la capacidad de crear o generar imágenes a partir de los datos; “la capacidad de discriminación” para distinguir los datos relevante de los irrelevantes, así como los datos de sus fuentes de manera que se supere la actitud conformista ante recetas ya hechas; “la curiosidad intelectual” como la apertura a la experiencia y flexibilidad, así como la capacidad de riesgo mental.
En el área afectiva hay que desarrollar la “autoestima”, ya que el inseguro el que no tiene confianza en su propio valor y capacidad, nunca arriesga para buscar nuevas respuestas porque no cree que pueda aportar nada, para crear es necesaria una confianza básica en uno mismo. Un segundo rasgo a desarrollar es “la soltura” ya que para crear es necesario no ceñirse a reglas rígidas, sino darse la oportunidad de buscar, de explorar libremente; un tercer rasgo es “la pasión” ya que para ser creativo, hay que ser capaz de entusiasmarse con la propia búsqueda. Un cuarto rasgo es “la audacia”, ya que al apartarse de lo establecido, el creativo tiene que ser capaz de afrontar los riesgos y de resistir las críticas, por ello necesita la audacia para creer en su idea y explorarla afrontando las consecuencias. Un quinto rasgo es “la profundidad”, ya que una personalidad que se queda en lo superficial no es capaz de crear auténticamente.
En el área volitiva es necesario desarrollar “la tenacidad” para no rendirse ante la primera crítica; la “tolerancia a la frustración”, ya que una persona creativa seguramente va a equivocarse al explorar; “capacidad de decisión” ya que la creatividad exige tomar decisiones propias y no “seguir la corriente”.

3. ¿Cómo desarrollar el pensamiento creativo?






Si el pensamiento creativo parte de una educada atención para desestructurar los datos que se captan de la realidad, procesarlos, concebirlos de manera distinta y reestructurarlos para un producto original y valioso, podemos decir entonces que el desarrollo de la creatividad debe partir de un proceso intencional de desarrollo y conciencia de la capacidad de atender, y de las operaciones que se realizan en este nivel: ver, oir, oler, tocar, gustar. Es decir, de un proceso de sensibilización progresiva e integral.
Nuestra cultura verbalista, privilegia el oir; nuestra educación memorística, el ver; pareciera que en la formación nos dedicamos a desarrollar estos sentidos –quién sabe qué tan armónicamente- y a bloquear o reprimir por extinción los demás.
Un buen comienzo para tratar de desarrollar el pensamiento creativo sería tratar de generar experiencias de aprendizaje en las que se involucren de manera integral, la mayoría o todos los sentidos, y en las que se llegara a una progresiva retroalimentación y concientización sobre la manera en que atendemos: Atender al propio atender, entender al propio atender, juzgar al propio atender y valorar al propio atender, para llegar a iniciar un proceso progresivo de educación de la capacidad de atender, sería el inicio imprescindible para el desarrollo de habilidades de pensamiento creativo.
Si el pensar creativo es propio del segundo nivel de operaciones -del entender- es necesario entonces, hacer lo mismo con nuestra capacidad de intelección y sus operaciones básicas: Atender a nuestro entender, entender nuestro entender, juzgar nuestro entender y valorar nuestro entender, para involucrarnos en un proceso de autoapropiación de las operaciones propios del segundo nivel de nuestra conciencia. Este sería el paso complementario para tratar de desarrollar el pensamiento creativo.

De manera que será necesario buscar estrategias para desarrollar:
*La capacidad de inquirir, trascendiendo de la educación que busca dar respuestas, a la que pretende que el sujeto genere propias preguntas a la realidad.
*La destreza para imaginar, para ir creando imágenes en nuestra mente a partir de los datos. La imaginación es algo que se va olvidando a partir del jardín de niños hasta llegar a la racionalidad en el mejor de los casos, o a la simple repetición en la mayoría de ellos.
*La habilidad para comprender, para relacionar los datos con cierto sentido, encontrando significado a la realidad.
*El ejercicio de concebir, del “dar a luz” ideas originales, propias, novedosas, a partir de la comprensión de los datos
*La capacidad de formular, es decir, de elaborar, de producir una respuesta a partir de ese proceso de entendimiento original y novedoso.
El desarrollo de un clima apropiado y de experiencias grupales apropiadas para el “cultivo” de esos dos niveles de conciencia en su sentido más auténtico, como camino a la autoapropiación progresiva, es la clave para la formación de personas creativas, que sepan imprimirle un sello original a la realidad.


[1] Del griego heurisko, hallar.) Que sirve como una ayuda en el aprendizaje, para descubrir o resolver problemas mediante la experimentación y los métodos de ensayo y error. Relacionado con técnicas exploratorias usadas en la resolución de problemas que utilizan las técnicas de educación individual.
[2]Cfr. De Bono, Eduard, Aprender a Pensar, Edit. Plaza y Janes, Barcelona, 1991.; Pensamiento Lateral

http://goyofiloso.blogspot.com/2009/10/el-pensamiento-creativo-manera-de.html

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