viernes

Cuadernos de empresa (Equipos de proyecto): Pasando el testigo…

En el post anterior sobre Cuadernos de empresa , V9 , nos quedamos con mi declaración ante mi equipo. Este post es su continuación.

Respiré profundamente. Me sentía ligera, genial. Me daba la sensación de haberme quitado un gran peso que me agotaban mental y físicamente.Miré a la pizarra. No me había dado cuenta, pero mientras hablaba, había garabateado figuras y palabras sueltas. Curiosamente no eran triviales, mi inconsciente guiaba una vez más mis actos. Había círculos y redondeles por todos los lados. Palabras tales como confianza, compromiso, reto, objetivos, común, talento y personas, adornaban como guirnaldas todo el encerado.


Mi color preferido el rojo, los adornos circulares en verde, los objetivos y el proyecto en azul. No en vano, había utilizado sin saberlo los “famosos sombreros de Bono”. El rojo (nuestros sentimientos, nuestra emoción ), el verde ( la creatividad , la imaginación ), el azul ( el esquema general, el mapa general, nuestro proyecto…)

Bebí dos vasos de agua, me senté y les miré a todos de un modo que no había experimentado antes. Quería a mi equipo y confiaba en ellos al 100%. Creo que esto lo transmití con mi mirada y de una forma muy especial a todos y a cada uno de ellos…( Tras una pausa y un silencio cargado de cierta intimidad….),

Cogí mi gran lápiz de colores, y en 5 minutos de reloj, les conté, porqué había elegido esta empresa, de donde venía, lo que había estudiado, mi afición por la música, mis pequeñas manías y el libro que me estaba leyendo y me tenía totalmente enganchada. Me daba la sensación de que estaba con un grupo de amigos, compartiendo mis gustos y mi tiempo de una forma distendida y en un entorno confiable y entrañable. Me sorprendió mi propia naturalidad, las ganas que tenía de hacerlo, lo bien que me hacía sentir y sobre todo el extraordinario efecto que produciría en un futuro inmediato una experiencia así. De la forma más natural, le pasé el gran lápiz de colores a Alberto, que estaba a mi izquierda y que por cierto lo cogió rápidamente y con fuerza…

Así fuimos pasándonos el testigo, 1 por 1, extrayendo las pequeñas anécdotas, las vivencias del día a día, los acontecimientos familiares, los problemas y sufrimientos personales de más de 1 persona del equipo, con una transparencia, una naturalidad y una sinceridad que realmente me provoca una fuerte emoción cuando lo recuerdo…qué gozada poder hacer esto, poder vivir esto, podernos conocer de otra forma, podernos entender de otra forma, poder darnos cuenta que ciertos comportamientos de personas a las que juzgábamos sin datos, eran “causas” de algo…de lo cual, yo la primera, éramos totalmente ignorantes.

Diego tenía a su padre muy enfermo, y llevaba mucho tiempo pasando una situación familiar terrible, con noches en vela, con el estrés contenido, con una madre bajo los efectos de una depresión debido a la enfermedad de su marido, con una vida miserable y con muy pocas alegrías…Todos le pedimos disculpas, en silencio, con nuestra mirada. Todos le ofrecimos nuestro apoyo, buscando fórmulas para que pudiera conciliar su vida personal y profesional. Carmen, que también había sufrido una situación parecida, se ofreció para ayudarle en la búsqueda de alguna cuidadora y asesoramiento para la búsqueda de ayudas económicas para su madre.

(Más historias de personas…) …que Alberto resultó ser una auténtico artista, con más de 5 cuadros a sus espaldas, que Gabriel tenía trillizas, y su madre se había mudado para poderles ayudar con las niñas, que Blanca, se iba a casar dentro de 1 año…(tantas cosas, tan importantes…)

Eran las 3 de la tarde y decidimos ir a comer algo. Recuerdo, que todos nos sentíamos “raros”, “fluidos y ligeros”, cansados, pero con un cansancio sano, con una enorme carga emocional, pero sobre todo con una extraordinaria sensación de equipo, de unión, de solidaridad, de aceptación, de amor. Se respiraba un aire de confianza, de seguridad, de familiaridad. Todos nos dimos cuenta que efectivamente, como seres humanos que somos, compartimos vivencias y sufrimos por cosas muy similares.

Los directivos, los empleados, las familias, los equipos, las empresas…tienen su razón de ser por las personas y como personas, tenemos nuestras debilidades, y éstas, hacen que nos acerquemos y nos ayudemos, porque creo firmemente, que la esencia del ser humano es divina y solidaria, y en los momentos de necesidad sale lo mejor nosotros mismos. Y así fue.

En este post, seguimos trabajando la creación del entorno de confianza. En cierta forma y de un modo “inconscientemente estructurado”, cada persona del equipo hablábamos sobre nosotros, sobre lo que somos, sobre nuestras circunstancias y declaramos nuestras “vulnerabilidades” en un entorno que consideramos “seguro”.

También en este post aparece el concepto de “juzgar y prejuzgar anticipadamente”, algo que nos predispone a estar en una emoción y a actuar precondicionados. También aparece el concepto “de la escucha activa”, y del “respeto a todos y cada uno de los integrantes del equipo”. Todos tuvieron su tiempo y nadie les interrumpió cuando tomaban la palabra. El Lápiz era “el testigo”, quien lo tenía en ese momento, tenía su espacio y los demás escuchábamos…atentos.

Aparece la referencia de “los seis sombreros para pensar” de Edward de Bono.

Todos estos conceptos, hoy en día tienen nombres y apellidos y en algunos casos son herramientas desarrollo de equipos muy interesantes. En el siguiente post las comentaré.

No hay comentarios: